miércoles, 2 de septiembre de 2009

EL PASAJERO de Michelangelo Antonioni





- ¿Ahora puedo hacerte una pregunta?¿De qué estás escapando?
- Lo abandoné todo. Mi esposa. La casa. Un hijo adoptivo. Un trabajo exitoso. Todo, excepto algunos malos hábitos que no logré dejar.
- ¿Cómo lo hiciste?
- Hubo un accidente. Todos creyeron que yo había muerto. Dejé que lo creyeran. No tiene explicación, ¿verdad? Ahora creo que seré mesero en Gibraltar.
- Demasiado obvio.
- Quizá novelista en El Cairo.
- Demasiado romántico.
- ¿Qué tal traficante de armas?
- Demasiado improbable.
-A decir verdad, creo que soy eso.
- Entonces, depende en qué bando estés.
- Sí. Acabo de vender 5000 granadas, 900 rifles... y muchas municionesa unas personas que pelean una guerra secreta en una parte oscura del mundo.
____
- ¿No sería terrible ser ciego?

- Conozco un hombre que era ciego. Cuando tenía 40 años le hicieron una operación y recuperó la vista. Al principio estaba entusiasmado... realmente eufórico. Rostros... colores... paisajes. Pero luego, todo empezó a cambiar. El mundo era más pobre de lo que él imaginaba. Nadie le había dicho cuánta mugre había. Cuánta fealdad. Notaba la fealdad en todas partes. Mientras fue ciego cruzaba la calle solo con un bastón. Luego de recuperar la vista, se volvió temeroso. Empezó a vivir en la oscuridad. Nunca salía de su cuarto. Después de tres años, se suicidó.

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