jueves, 24 de septiembre de 2009

El Empleo del tiempo (de Laurent Cantet)


Un hombre pierde el trabajo y dedice inventarse otra vida.
La película puede, de alguna manera, entenderse como la necesidad del ser humano de inventarse una vida alterna para alcanzar los sueños (el manido mecanismo de la evasión). Pero es una película dolorosa que, al fin y al cabo, de vueltas en lo mismo (el personaje se repite, si cabe el término, eso la hace monótona). Muy llamativa su relación con el hijo mayor y con su padre: con ambos actúa como un niño -una indefesión clamorosa-, pero a ninguno logra engañar. Acá copio un fragmento de la crítica de Julián Monterroso sacada de Cineismo.com:
"El empleo del tiempo resulta una decepción frente a todos aquellos jugosos planteos. Aquí se consigue un opuesto, y muy lamentable. Es la historia de un hombre que es despedido de un buen puesto y que, por verguenza y/u orgullo, no se lo cuenta a su familia. Da vueltas por la ciudad inventando historias sobre su hipotético trabajo y su triste imagen no es la de un desocupado si no la de un tipo con mala suerte. Culposo, cobarde en más de un sentido, el hombre yira y yira tratando de entrar desesperadamente en el sistema que lo expulsó. No hay preguntas en este personaje... sólo ganas de volver. Pide plata prestada a su padre y a sus amigos para emprender un proyecto que sabemos de entrada no funcionará; esto y un eterno dar vueltas es prácticamente todo el film, aunque con algunos detalles –feos– hacia el final".

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