lunes, 29 de marzo de 2010

Ricardo Darín trabajará con el director brasileño Walter Salles

SAO PAULO [EFE]. El actor argentino Ricardo Darín anunció que participará en el nuevo proyecto cinematográfico del director brasileño Walter Salles, que se rodará en la Patagonia argentina y chilena, informó un medio local.

“Voy a trabajar con Walter Salles ahora, en setiembre o en octubre. La película será rodada en la Patagonia, en el sur de Argentina y una parte sería filmada en Chile, en la zona donde ocurrió el terremoto”, comentó Darín en declaraciones a la revista brasileña “Serafina”. Una confesión que ha entusiasmado no solo a la prensa, sino también a los amantes del cine que esperan verlos trabajando juntos.

UNA PERSONA MARAVILLOSA
El protagonista de El secreto de sus ojos, que ganó este año el premio Óscar a Mejor Filme Extranjero, se abstuvo de revelar detalles de la nueva producción, pero aseveró que “el proyecto está firme”.

Salles es una persona maravillosa, de aquellas que uno conoce y en media hora siente como si fuera un hermano”, declaró.

“En el primer almuerzo que tuvimos, pasamos cuatro horas llorando de la risa, con mucha emoción. Esas cosas no pasan todos los días”, agregó el actor, reconocido en Brasil por sus papeles en El hijo de la novia y Nueve reinas.

Salles dirigió las laureadas Estación central y Diarios de motocicleta, además de debutar en Hollywood en el 2005 con “Dark Water”.

martes, 23 de marzo de 2010

Las cinco películas españolas de Almodóvar

El diario El País de Madrid informa de 5 películas escogidas por Pedro Almodóvar:

Pedro Almodóvar no sólo dirige cine, también lo programa y en las antípodas. El director manchego lleva eligiendo cinco películas españolas para que se proyecten en el festival La Mirada Film de Melbourne. La cita comienza el próximo día 1 y concluye el 11 de abril. La sección se titula Almodóvar presents y en ella elige cinco títulos que para él son joyas del cine español. Esta es su quinta edición. Pese a ser programador, no acudirá a la cita.

Para este año ha escogido:

1. Amantes, de Vicente Aranda;
2. Tésis, de Alejandro Amenábar;
3. Atraco a las tres, de José María Forqué;
4. Mater Amantísima, de José Antonio Salgot;
5. Los tramposos, de Pedro Lazaga.

El festival también proyectará, bajo la sección New Releases, la película coproducida por El Deseo El último verano de la boyita, de la realizadora argentina Julia Solomonoff, y que llegará a las pantallas españolas el próximo 7 de Mayo.

Cabe destacar además, que el festival cuenta desde su primera edición con otros programadores que escogen una película española que se presenta cada año como la película sorpresa. En esta edición participarán Martin Scorsese y Stephen Doldry, aunque habrá que esperar al momento de la proyección para saber qué película española consideran indispensable.

miércoles, 17 de marzo de 2010

El compromiso (de Elia Kazan)


Título en inglés: The Arrangement
Año: 1968
Duración: 127 min.
País: Estados Unidos
Director: Elia Kazan
Guión: Elia Kazan (Novela: Elia Kazan)

Ayer vi El compromiso. Lo hice estimulado por mi primer contacto con la filmografía de Kazan: Esplendor en la hierba. Lamentablemente esta segunda experiencia me dejó decepcionado. La película se me hizo muy larga. Hay flashbacks recurrentes y un personaje atormentado por los recuerdos de casa y por su vida amorosa. No alcanza (la sociedad tampoco le alcanza al personaje). No me gustó.
Encuentro una sinopsis de la pela en internet:

"Un nuevo día comienza para los Anderson: Eddie se va a trabajar, dejando en casa a su mujer y a su hija, pero en la autopista intenta repentinamente suicidarse. Tras una estancia en el hospital, de vuelta a casa se encierra en un mutismo que sólo rompe para intentar reconstruir para su mujer lo que ha sido su último año de vida, en el que su éxito como ejecutivo de una empresa de publicidad y su relación con una secretaria de la agencia, Gwen, no han hecho más que poner en evidencia la falsedad de su vida. A partir de entonces Eddie intenta retomar las riendas de su vida, volviendo sin éxito a la agencia, recuperando su relación con Gwen y asistiendo a su padre moribundo frente a la oposición de su propia familia. En medio de esta crisis personal, recapitula sobre todo lo que ha sido su vida hasta entonces y tiene que hacer frente al intento de su esposa de recluirlo en un hospital psiquiátrico, de donde lo rescatará Gwen."

Sigo insistiendo en que la película es muy larga y resulta aburrida. Sin embargo, comparto una crítica elogiosa de www.criticalia.com:

"Estamos ante un excelente melodrama de implicaciones psicológicas, dirigido por uno de los grandes maestros de la dirección escénica teatral de Estados Unidos, Elia Kazan, un hombre nacido en Estambul, aunque de origen griego, emigrado con su familia en los primeros años de su infancia. Establecido en Nueva York, donde estudió, pronto se labró una notable reputación como actor y más tarde como director teatral. Creó junto a Lee Strasberg el Actor’s Studio, la más famosa escuela dramática del mundo, de donde surgieron talentos como Marlon Brando, Paul Newman o James Dean. Tentado por el cine, comenzó a dirigir películas cuando tenía treinta y seis años, en 1945, y hasta su último filme, en 1976, había rodado diecinueve cintas, entre las que hay algunas obras maestras como “Viva Zapata” , un desbordante ejercicio sobre el poder y la corrupción en política a su manera cuasi revolucionario; “La ley del silencio”, soberbio melodrama sindical, con el que Kazan quiso exculparse por haber delatado a compañeros izquierdistas ante el Comité McCarthy; “Al este del Edén”, drama sobre la juventud angustiada de la posguerra, casi un presagio de los años liberalizadores que llegarían en los sesenta; “Esplendor en la yerba”, donde la sensualidad y el sur se daban la mano; “América, América”, fresco histórico y costumbrista sobre sus antepasados emigrantes a Estados Unidos.
En “El compromiso”, Kazan adaptó su propia novela, contando la historia desgarrada de un ejecutivo en crisis que decide un día, casi de improviso, acabar con su vida. Salvado de la muerte por los pelos, este hombre se replantea lo que hasta entonces ha sido su existencia, y sus relaciones con su mujer, su amante, su padre. Hay sinceridad en este ejecutivo que ha alcanzado relativas cuotas de poder económico a costa de prostituir su vida, en un trabajo que detesta, en una familia que no le entiende. Encomiable labor de Kazan en la dirección, tratando con rigor un tema que, en otras manos, hubiera podido dar un detestable resultado. A ello contribuye sin duda un ajustadísimo reparto, encabezado por el imprescindible Kirk Douglas, formidable como siempre, y a quien siguen impecablemente Faye Dunaway y Deborah Kerr, en papeles especialmente difíciles por ser negativos. Secundarios de la talla de Richard Boone completan esta visión tirando a negra de un mundo sin demonio pero con carne. "



martes, 16 de marzo de 2010

Lecciones de vida /Life Lessons (de Martin Scorsese)

Esta es una de las tres Historias de Nueva York (ojo: no está completa, es una selección de escenas).

domingo, 14 de marzo de 2010

La isla siniestra / Shutter island (de Martin Scorsese)


¿Qué es peor? ¿Vivir como un monstruo o morir como un hombre bueno?

Muchas películas de Martin Scorsese (Nueva York, 1942) generan un impacto muy fuerte en un sujeto como yo que tiene mucha fijación por los desadaptados, los sicóticos y, faltara más, por mis viejas paranoias. En Taxi driver, por ejemplo, uno puede sentir -antes que conmiseración o sentimientos negativos- una especie de empatía con ese infeliz conductor de taxi que parece sumido en una espiral de espantosa irrealidad que lo desbarata, pero no termina por derrumbarlo. En Cabo de miedo, Scorsese puede erotizar, excitar magistralmente, cuando en realidad debería de producir terror y ansiedad (un temible rufián coquetea con una niña que llega a darle el primer beso de su vida).
La isla siniestra es una poderosa exploración de la locura. Una película que oscila entre la verdad (la realidad) y la mentira (las ficciones que pergeña la locura). Leonardo DiCaprio, a estas alturas casi un fetiche del director newyorkino, muestra una solidez actoral en un libreto que puede volver loco a cualquiera. Acá, todo está hecho de espejismos, alucinaciones y desbarajustes emocionales. ¿Quién dice la verdad y quién miente? El personaje busca acorralar a quienes considera elementos negativos. Empero, es él quien termina encarcelado por la irrealidad que transpira cada escena de la película. Como dice Carlos Boyero: el arte de Scorsese bucea en la locura. Scorsese demuestra una vez más que es uno de los más grandes. Y DiCaprio está a la altura de sus tentativas.

El arte de Scorsese bucea en la locura
(por Carlos Boyero)

En Corredor sin retorno, la película más impresionante que he visto sobre manicomios y la capacidad contagiosa de ese vértigo que confunde la realidad, figuraba en sus títulos de crédito iniciales esta temible sentencia de un trágico griego: "A quien los dioses se empeñan en destruir, primero le vuelven loco". Muchos años después, Martin Scorsese, director eternamente obsesionado por los volcanes de la mente, con un largo historial en su cine de protagonistas paranoicos, psicópatas, esquizofrénicos y autodestructivos, aborda en la muy esperada Shutter island las tenebrosas brumas de la enfermedad más indeseable.

Adapta una novela de Dennis Lehane, escritor apasionante y guionista en varios capítulos de la legendaria serie de televisión The wire. Por alguna extraña razón, ya que suelo devorar cualquier cosa que lleve su firma, he demorado la lectura de Shutter island. Y me alegro, porque me hubiera privado de los continuos giros y la apabullante sorpresa final que plantea Scorsese en esta película tensa, compleja, hipnótica y que en determinados momentos puede parecer confusa, aunque pensándola después (algo que revela que te ha dejado poso) descubres que lo aparentemente retorcido tenía coherencia, que el director te puede descolocar con el desenlace pero eso no implica que te haya engañado.

Scorsese ha confesado su admiración por las películas negras, misteriosas y góticas que produjo la RKO en los años cuarenta y cincuenta. Cine de presupuesto escaso y maravillosamente aprovechado, con estilo y aroma. Aquí trata de encontrar esa atmósfera perdida. Y aunque no le cite, también hay transparentes influencias de Hitchcock.

Pero Scorsese, a diferencia de Tourneur y de Val Lewton, dispone de los medios más grandiosos. Los utiliza muy bien. Recreando un mundo febril y enigmático en una isla azotada por tormentas y tempestades. Sus habitantes son los dementes más peligrosos, los guardianes que les vigilan y una corte de psiquiatras presuntamente siniestros que han descubierto la eficacia de las lobotomías. Allí llegan dos policías de élite con la misión de averiguar el secreto que ocultan varias inexplicables desapariciones de enfermos.

Scorsese narra con maestría el angustioso acorralamiento de los sabuesos que hurgan en aparentes maquinaciones. Crea un universo desasosegante, nos ofrece sutiles pistas de que nada es lo que parece, alterna las pesadillas con la realidad. Sales de esta película con sensaciones muy raras. En mi caso, también con la certeza de que no he mirado el reloj a pesar de durar 140 minutos. Es la prueba de que me ha enganchado esta retorcida y enfermiza tela de araña.

La película rumana If I want to whistle, I whistle y la danesa Submarino tienen vocación de tragedia, pero no logran contagiarla. La primera cuenta la crisis de un encarcelado chaval cuando se entera de que la madre va a largarse del país llevándose a su hermano pequeño. La segunda describe los efectos devastadores que sufren en su vida adulta dos hermanos, uno alcohólico y el otro yonki, que tuvieron una infancia desdichada por el abandono y desequilibrio que les creó la borracha de su madre. Ambas están correctamente dirigidas, pero no logro establecer la menor empatía con las toneladas de sufrimiento que almacenan los protagonistas.

Tampoco consigo establecer complicidad y hay un montón de cosas que no entiendo en la española El mal ajeno, exhibida en la sección Panorama. La produce Alejandro Amenábar, la ha escrito Daniel Sánchez Arévalo y la dirige Óskar Santos. Mezcla demasiados géneros con escasa armonía. Identificas las obsesiones del autor de Azuloscurocasinegro y Gordos. También te remite a Abre los ojos. Y el debutante Óskar Santos posee fuerza visual. Todo ello no evita que me pierda frecuentemente en este cóctel de Urgencias, delirios, amores al límite, psicopatías, cine de terror, etcétera. Hay alguna secuencia turbadora pero también muchas más pretensiones que aciertos. Eso sí, te hace reconocer la extrema vulnerabilidad, las contradicciones y los traumas que pueden sufrir los médicos, esas personas obligadas a convivir con el dolor, la enfermedad, el miedo, la muerte.



El último voto / Voto decisivo (de Joshua Michael Stern)

el-ultimo-voto El último voto de Kevin Costner, trailer en español.
Quisiera agradecerles por su hospitalidad. Ha sido muy interesante. Dije muchas cosas que no pensaba y ambos hicieron muchas promesas que probablemente no podrán cumplir. Para ser honesto los últimos días me han parecido como un extraño sueño. Lo que era algo gracioso ya no lo es. Según lo que he leído América casi se muere del susto. Sé que el mundo está mirando, tal vez hasta riéndose la gente en la televisión está diciendo que América de alguna manera se merece este momento. Supongo que eso significa a mí. No puedo decir que he sido algo la mayor parte de mi vida. En algún lugar del camino yo revisé y no es que tuviera grandes sueños pero una vez tuve algo. Algo cercano a la fe y a la esperanza o cualquier palabra que quieran usar para lo buena que podría ser la vida. Pero entonces los años empiezan a pasar rápido y de repente lo que le sale bien a todos los demás no te sale tan bien a ti. Pero esta noche me siento... avergonzado. He tenido mis oportunidades, más que la mayoría. Crecí en un país donde si hubiera decidido hacer más con mi vida que beber e ir a la deriva, podría estar parado tal vez donde están ustedes esta noche. En vez de eso, he tomado todo de gratis y no he dado nada. Estoy avergonzado frente a mi hija y a mi país, nunca he servido ni sacrificado nada de lo que me han pedido. Cosas tan sencillas como prestar atención, votar. Si América tiene un verdadero enemigo esta noche, supongo que soy yo. Esta noche un hombre común va a elegir entre dos hombres excepcionales. Mañana el voto de un hombre hará una diferencia. Porque mañana tendremos un presidente y no simplemente alguien que llene una silla en Washington. Necesitamos a alguien que sea más grande que sus discursos. El tipo de presidente del que aprendamos en la escuela y aún nos importe. América necesita un gran pensador. ¿Saben? Como un gigante, realmente alguien que le dé el frente a nuestros problemas. Alguien que tenga la sabiduría para guiarnos y ponernos en paz con nosotros mismos y con el mundo. Y para que conste quiero que los dos sepan que pienso grandes cosas de ustedes. Esta noche voy a hablar por personas que nunca he conocido cuyas cartas me conmovieron de una manera que no creí posible. Mi primera pregunta viene de Peter Matthews, de Kentucky: "Querido señor Johnson: Mi esposa y yo tenemos 3 pequeñas niñas ambos tenemos dos trabajos sólo tratando de subsistir. Y algunas semanas no lo logramos. Cuando trabajas duro y aún así no puedes ocuparte de tu familia empiezas a cuestionarte como sostén, como hombre. Sé que soy un hombre, he luchado por mi país y estoy orgulloso de ello pero me asusta pensar qué sucederá si una de mis niñas se enferma. ¿Puede preguntarle a los candidatos si somos el país más rico del mundo cómo es que tantos a duras penas podemos vivir?"

EL ESPÍRITU DE CAPRA
(Crítica de Javier Ocaña, diario El País de Madrid)

Ahora que Barack Obama aspira a revitalizar una nación maltrecha, tal y como hizo en los años treinta su homólogo Franklin D. Roosevelt con el new deal, parece que también resucita Frank Capra, algo así como el retratista cinematográfico del espíritu de Roosevelt, en la persona de Joshua Michael Stern, director y guionista de El último voto, sorprendente fábula político-social en torno a unas reñidísimas elecciones presidenciales en EE UU. Y para que no falte de nada, Kevin Costner se reencarna en James Stewart al interpretar a uno de esos héroes anónimos, personificación del ánimo de superación de un país, tan típicos del director de Caballero sin espada y Juan Nadie. Como en Salve, héroe victorioso (Preston Sturges, 1944), un tipo del montón que esconde una gran mentira se convierte en la personificación de todo un pueblo. No en vano, su voto efectuado pero no contabilizado en un principio decidirá la suerte republicana o demócrata de un Estado y, claro, de la presidencia. Lo que aprovecha Stern para disparar contra los medios de comunicación y contra el lado más absurdo de las campañas, dejando clara la futilidad del ideario político en beneficio del puro y simple negocio del voto. Pero lo hace con el convencimiento de que, en el fondo, y tras un periodo de reflexión, el ser humano es, como también pensaba Capra, bueno por naturaleza. Es el sistema el que lo corrompe. Sólo falta acabar con el sistema.


LOS ABRAZOS ROTOS (según Ricardo Bedoya)

Hoy, domingo 14 de marzo, aparece la crítica de Ricardo Bedoya en el diario El Comercio de Lima, a propósito del estreno del último largometraje de Pedro Almodóvar.


Los abrazos rotos, de Pedro Almodóvar, es un melodrama cerebral, frío, distanciado y, por eso, casi espectral. Es como la radiografía de un “melo” clásico, digamos “Sublime obsesión” o “Palabras al viento”, de Douglas Sirk. Los ingredientes necesarios están allí, sin faltar ni uno: las pasiones amorosas se agolpan en una suma de situaciones argumentales improbables y hay escenas de obsesión, de celos desbordados, de fascinación con una silueta femenina, de nostalgia por un pasado trágico. La protagonista —como debe ser— es deseada por dos hombres, el millonario y el cineasta, el protector y el creador, para los que es prostituta y actriz, respectivamente. Dualidad que se encarna en las apelaciones del personaje, Lena (Magdalena-Madeleine, como la protagonista de Vértigo) y Severine, como la Catherine Deneuve de Bella de día.

Pero no solo eso. Las imágenes alternan el arrebato cromático de rojos y amarillos, emblemas de pasión, exaltación y sangre, con las sombras del mundo sofocante del protector, el castillo del vampiro que busca dominar a la mujer hasta someterla. Los gestos de Penélope Cruz se modelan ante una cámara de cine que es instrumento de una indagación fetichista de su apariencia, que a ratos recuerda la de Audrey Hepburn y, más tarde, la de Marilyn Monroe o la de Kim Novak de Vértigo.

Y hay más. Un cineasta ciego que palpa la pantalla en el intento inútil de sentir la textura de los píxeles y se complace escuchando la voz de Jeanne Moreau, y un millonario posesivo que es “sordo” ante las palabras que la mujer que domina le dice a su amante, lo que origina el mejor momento de la película: Penélope Cruz poniendo su propia voz a la de una imagen muda, en una secuencia de confesión, agresión, ruptura, liberación, todo a la vez.

Pero Almodóvar no se satisface con eso: hace dos películas en una y apuesta a la construcción “en abismo”. El melodrama Los abrazos rotos está perforado por elementos de varios géneros: hay acentos típicos del drama criminal negro (el protector tiene un impulso homicida), se cuela el relato de una historia de vampiros que refleja la conducta de los protagonistas, que succionan la imagen y el alma de Lena, y hasta de una comedia en el estilo de Mujeres al borde del ataque de nervios, que es la película dentro de la película, llamada “Chicas y maletas”.

Pero Los abrazos rotos es también una película sobre un director de cine enamorado de la mujer que filma. Es decir, sobre el voyeurismo, la pasión de mirar y la imposibilidad de ver. La visión plena y la ceguera se suceden como formas de relacionarse con el mundo. El vidente Mateo Blanco y el ciego Harry Caine son la misma persona y usan sentidos diversos para acceder a su objeto de deseo: Penélope Cruz es mirada por la cámara y su director para, luego, inmaterial, convertida en imagen, ser tocada por él y restaurada en una fantasmagoría destinada a vivir en el recuerdo del espectador.

Esta es una de las cintas más ambiciosas de Almodóvar. Está llena de ideas, giros, momentos magníficos, referencias más que pertinentes a otras películas y directores (desde Rossellini hasta Fritz Lang). Es “almodovariana” por los cuatro costados, pero se la siente teórica, admirable pero no conmovedora, notable pero no emocionante. Tal vez le falte esa pizca de locura, temperamento, furia, exceso, radicalidad estilística, desprecio por la verosimilitud y falta de pudor al solicitar la emoción o las lágrimas del público que tienen los grandes melodramas, esos que venera Almodóvar, los de Ophuls, Sirk, Curtiz o Minnelli.

martes, 9 de marzo de 2010

CONTRACORRIENTE de Javier Fuentes-León sigue cosechando galardones


Hoy El Comercio informa de un nuevo premio que recibe la película Contracorriente:

El público sigue teniéndola como favorita. Primero se ganó a los espectadores en el festival más importante de cine independiente: Sundance. Ahora lo hizo en Colombia, en el Festival de Cartagena. La cinta Contracorriente, dirigida por el peruano Javier Fuentes-León, se llevó el Premio del Público Cinecolor en la Competencia Iberoamericana de Largometrajes.

La película rodada en Cabo Blanco, en Piura, se impuso sobre filmes como “Viaje redondo”, de Gerardo Tort (México), y nada menos que la premiada el domingo con el Óscar a Mejor Película Extranjera: “El secreto de sus ojos”, de Juan José Campanella (Argentina-España). Estos largometrajes quedaron en segundo y tercer lugar, respectivamente. Cabe señalar que “Gigante”, de Adrián Biniez (Uruguay), se llevó el premio a Mejor Película.






Actualización (lunes 15 de marzo). El Comercio informa del gran recibimiento que tuvo Contracorriente en el Festival de Cine de Miami.

La edición on line del diario El Mundo presentó una entrevista al director peruano Javier Fuentes-León, a raíz del éxito se su primer largometraje Contracorriente, ganador del premio del público del Festival de Sundance 2010 y en el de Cartagena.

El filme, rodado en el norte de nuestro país, cuenta la historia de amor secreto entre dos jóvenes, Miguel (un pescador) y Santiago (un pintor). “Es una historia de amor que tiene la intención de conmover al público para que se identifique y rompa las barreras y entender que el amor es tan sincero, tan complejo, tan intenso y tan válido como el amor entre un hombre y una mujer”, explica Fuentes-León a la publicación española.

Recorrí por un tiempo la costa peruana, desde Arequipa hasta el norte. Cuando llegué a Cabo Blanco sabía que era el lugar ideal. Tenía todo lo que necesitaba porque parecía un pueblo estancado en el tiempo. Tenía el muelle y la cantina. Lo que tuvimos que armar fue el estudio del pintor”, cuenta Fuentes-León, y apunta que “la geografía era perfecta para la película porque el pueblo está atrapado entre el mar y el precipicio, lo que me daba la metáfora de que el pintor estaba atrapado en ese pueblo”.

PREMIADA NUEVAMENTE
A los mencionados galardones se suma un nuevo reconocimiento obtenido en el Festival de Miami, donde Contracorriente recibió el premio del público tras un “prolongado aplauso al final de la proyección y un gran interés por saber más de la película por parte de los espectadores”, según consigna elmundo.es.

A la cinta le quedan aún muchos festivales por recorrer. Ya tiene su presencia confirmada en los festivales de Praga, Estambul, los festivales latinos de Montreal, Chicago, San Diego y Houston. “Nada mal para un hombre que se graduó de médico en su país natal y decidió salir para perseguir su sueño”, dice el medio on line.

Acá la nota del diario El Mundo de España:

Contracorriente es el primer largometraje del director peruano Javier Fuentes-León(41) que ganó el premio del público del Festival de Sundance 2010, el de Cartagena y que ahora compite en el Festival Internacional de Cine de Miami.

El filme cuenta la historia del amor secreto entre Miguel, un joven pescador de un pueblo costero en el norte de Perú donde existen costumbres muy arraigadas sobre la muerte; y Santiago, un pintor que se ha mudado al lugar en busca de inspiración. Miguel está casado con Mariela, quien tiene siete meses de embarazo y con quien lleva un estilo de vida muy tradicional. Santiago se ahoga accidentalmente nadando en el mar y regresa después de muerto para pedirle a Miguel que encuentre su cuerpo y lo entierre de acuerdo al ritual de los pescadores. Esa será la única manera para que su alma pueda descansar en paz y deje de vagar en este mundo. Sin embargo, según las creencias del lugar sólo la persona más cercana al muerto puede hacerse cargo del entierro por lo que al hacerlo Miguel estaría confirmando los rumores del pueblo y pondría en riesgo el perder a las personas que más quiere.

Contracorriente es una película que si bien trata sobre la realidad de una minoría, toca la sensibilidad de muchos.

"Es una historia de amor que tiene la intención de conmover al público para que se identifique y rompa las barreras y entender que el amor es tan sincero, tan complejo, tan intenso y tan válido como el amor entre un hombre y una mujer", cuenta Fuentes-León, aunque "al final la historia de amor más grande es la del pescador y su mujer". Fuentes-León entendió que había logrado expresar lo que quería cuando la película fue estrenada en el festival de cine de San Sebastián 2009 donde la "reacción del público fue impresionante. Nos dieron un aplauso parados de varios minutos". Allí el filme ganó el 'Sebastiane' que es el premio a la mejor película de temática homosexual.

En Miami la película fue muy bien recibida con un prolongado aplauso al final de la proyección y una gran interés por saber más de la película por parte de los espectadores. Una de las preguntas fue sobre la locación del filme, pues se trata de Cabo Blanco donde el escritor y premio Nobel de literatura Ernest Hemingway solía pasar temporadas pescando. Cabo Blanco su gente y su geografía es como si fueran un personaje más en la historia. Con sus barcas en el mar, su muelle y sus formaciones rocosas con cuevas frente al oceáno, se convirtió en el escenario perfecto para la historia.

"Recorrí por un tiempo la costa peruana, desde Arequipa hasta el norte. Cuando llegué a Cabo Blanco sabía que era el lugar ideal. Tenía todo lo que necesitaba porque parecía un pueblo estancado en el tiempo. Tenía el muelle y la cantina. Lo que tuvimos que armar fue el estudio del pintor", cuenta Fuentes-León y apunta que "la geografia era perfecta para la película porque el pueblo está atrapado entre el mar y el precipio lo que me daba la metáfora de que el pintor estaba atrapado en ese pueblo".

Ahora a Contracorriente le quedan muchos festivales por recorrer y ya tiene su presencia confirmada en los festivales de Praga, Estambul, los festivales latinos de Montreal, Chicago, San Diego y Houston. Nada mal para un hombre que se graduó de médico en su país natal y decidió salir para perseguir su sueño.

"Está película confirmó que no me he equivocado", afirma Fuentes-León que también aconseja a quienes quieran seguir ese camino, "lo importante es tener un balance entre lo que es el sueño y lo que es la realidad. Creo que hay que desarrollar una habilidad que te permita sobrevivir mientras mientras desarrollas tu proyecto".

Contracorriente es una producción internacional que cuenta con inversión peruana, colombiana, francesa y alemana. El rol de Miguel lo interpreta Cristian Mercado (Bolivia), el de Santiago lo hace Manolo Cardona (Colombia) y el de Mariela, Tatiana Astengo (Perú). El filme ya tiene distribuidor en Estados Unidos y se estrenará en Colombia el 23 abril y en Perú el 26 de agosto.




lunes, 8 de marzo de 2010

Crazy heart (de Scott Cooper)



Jeff Bridges personifica a un alcohólico impenitente y, además, cantante de música country. Conocerá a una mujer que lo ayudará a redimirse. Gracias a este papel ganó el premio Oscar a mejor actor principal. Creo que, más allá de su destacada interpretación de canciones, las mejores escenas se dan en su soledad, donde el alcohol se hace dueño de su vida y, luego, cuando confiesa su vicio en Alcohólicos Anónimos. Es inevitable remitirse a Rachel quiere casarse (de Jonathan Demme), otra gran película que aborda con solidez el tema del alcoholismo.


ESE ACTOR, ESE HOMBRE
Escribe Carlos Boyero, Diario El País de Madrid
fuente: http://www.elpais.com/articulo/cine/actor/hombre/elpepuculcin/20100305elpepicin_4/Tes

En ese espectáculo y ensoñación llamado cine cuyo alimento primordial jamás podrán ser esas cosas tan incomibles e imbebibles en términos artísticos de la honestidad y del rigor, sino la magia pura y dura, existen desde su nacimiento, en el mudo y en el sonoro, actores y actrices cuya presencia justifica el precio de la entrada, en posesión de un atractivo interno inmarchitable (también externo, pero saben llevar con estilo las inevitables arrugas y la decadencia física) transmisores naturales de sensaciones impagables. Con algunos de ellos tampoco puedes certificar que su talento sea grandioso, versátil, profundo y camaleónico. Les basta con su presencia, su gestualidad, sus movimientos, su voz, el irrenunciable amor que les profesa la cámara.

En mi mitología particular, Jeff Bridges ocupa un lugar de honor. Siempre me gusta verle y oírle. Si además, su personaje tiene alma y la película es buena, el placer es absoluto. Ha navegado sin mancharse en medio de mediocridades y guiones que no le merecían. Cuando ha existido armonía entre la calidad de la historia, el conductor de ella y la personalidad de Bridges, el resultado es memorable. Ejemplos: La última película, Fat city, Un botín de 500.000 dólares, 8 millones de maneras de morir, Tucker, Los fabulosos Baker Boys, El rey pescador, El gran Levowski, Arlington road, The door in the floor. Nunca recibió premios ni reconocimiento académico por ello. Sí la admiración y el amor del público con paladar y sentido estético. Los galardones de interpretación casi siempre han sido roñosos con Mitchum, Marvin, Connery, Nolte, Eastwood, Bridges, gente dura, sobria y vivida, inequívocamente masculina. Dudo que el menosprecio académico haya perturbado excesivamente a estos auténticos profesionales.

Casi todas las quinielas coinciden en que, por fin, a Bridges le va a caer el Oscar. El vehículo que le puede llevar a él se titula Corazón rebelde. Bridges está ejemplar metiéndose en el castigado cuerpo, la esforzada supervivencia y la resignación ante el prolongado cutrerío profesional y afectivo de un cantante de country que está en las últimas, alcohólico y posibilista, con pavor a responsabilidades familiares y sentimentales, un desesperado estoico al que la vida le ofrece la última oportunidad de redención. ¿Les suena el argumento? Robert Duvall, que aquí ejerce de productor (no puede ser casual) e interpreta a un sabroso personaje secundario, ganó un merecido Oscar con una temática similar en Gracias y favores. Eastwood también visitó ese atormentado universo en El aventurero de medianoche.

Es una película bonita y agridulce, con alguna tentación de blandura, con momentos previsibles, bien contada. Pero tiene algo excepcional. Bridges es creíble y querible, patético y seductor, buscavidas y digno. Es estilo, sutileza, magnetismo, humanidad. Hasta canta bien.


Celda 211 de Daniel Monzón


Celda 211 es probablemente la película del año 2009 para el prolífico cine español. Arrasó con los premios Goya (en total 8, incluyendo Mejor Película, Mejor Actor y Mejor Director).
El director de esta relevante película es Daniel Monzón (1968) y el protagonista es Luis Tosar (1971), encarnando al despiadado Malamadre.

La sinopsis la podemos encontrar en la página oficial www.celda211.com

Juan, funcionario de prisiones, se presenta en su nuevo destino un día antes de su incorporación oficial. Allí, sufre un accidente minutos antes de que se desencadene un motín en el sector de los FIES, los presos más temidos y peligrosos (el cabecilla es Malamadre). Sus compañeros no pueden más que velar por sus propias vidas y abandonan a su suerte el cuerpo desmayado de Juan en la Celda 211. Al despertar, Juan Comprende la situación y se hará pasar por un preso más ante los amotinados. A partir de ese momento, nuestro protagonista tendrá que jugársela a base de astucia, mentiras y riesgo, sin saber todavía qué paradójica encerrona le ha preparado el destino.

Esto sí es cine, además español

Escribe Carlos Boyero

El género de cárceles tiene un atractivo enorme para los que nunca las hemos padecido, al encontrarnos con gente torva en situaciones límite, con villanos desesperados que van a jugarse lo poco o nada que les queda para vencer a sus secuestradores legales, para dar la reivindicativa y casi siempre sangrienta bronca, para conseguir escapar. Es uno de los escenarios favoritos del cine de acción, puede mostrar el luminoso anverso y el temible reverso de los que han transgredido las leyes (están excluidos en esa narrativa que aspira a exaltarte los grandes tiburones, los banqueros, los gánsteres disfrazados de ejecutivos, los líderes políticos, los delincuentes de lujo, los que nunca pisan las cárceles y si excepcionalmente lo hacen saben que obedece a un pacto inocuo, a un simulacro del orden para calmar el revuelo social), ya que por muy ingenuos que seamos la complicidad del espectador sólo puede identificarse con el marginal, el solitario, el que juega en desventaja, el más débil aunque sea muy fuerte.

La primera secuencia de Celda 211 te avisa, como en Grupo salvaje, de que esto va en serio, de que va a hablar de fronterizos en situación tétrica. Te obliga a cerrar los ojos. La segunda, que ejerce de prólogo expositivo, es horrorosa, con actores que recitan con tonillo presuntamente natural pero vergonzantemente falso lo que ocurre en esa cárcel. En la tercera aparece un cráneo afeitado y unos andares intimidantes. Se hace llamar Malamadre, es el jefe de los malos, no es el individualista épico que interpreta Eastwood en Fuga de Alcatraz ni el tenebrosamente lírico y maquiavélico Hannibal Lecter, ni el cerebral profesional de la resistencia que encarna Tim Robbins en Cadena perpetua. Es un macarra resolutivo y de voz cavernosa, un hijoputa que te obligaría a salir corriendo si divisaras su sombra en la calle, el genético rey de una selva eterna, con salida sellada. Desde ese momento sabes que todo lo que diga, haga o sienta ese personaje te lo vas a creer, que has entrado en el campo magnético de un personaje con cuerpo y alma, con naturalismo y matices, siniestro y conmovedor, héroe y malvado, letal y legal, retorcido y diáfano, superviviente y guerrero, esencialmente trágico, un fulano del que no vas a poder apartar los ojos y los oídos cada vez que aparezca, que te hará sentir miedo y compasión, que sabes que sólo puede perder aunque aterre provisionalmente al sistema, capaz de barbarie pero con códigos de honor, volcánico y secreto, líder y víctima, alguien que te impresiona, del que te preocupa su suerte, que va a dejar poso imborrable en tu memoria.

Daniel Monzón narra admirablemente con pulso, nervio, ritmo, suspense y complejidad emocional esta historia de perdedores épicos, de guardianes de la ley que descubren con miedo, pasmo y sangre que la vida puede colocarte al otro lado. Hay un giro excepcional en el guión al plantear que los asesinos desclasados pueden utilizar como rehenes políticos a los asesinos patrióticos. Hay diálogos para quitarse el sombrero. Es una película con eso tan difícil de lograr llamado atmósfera, con gente que te va a implicar en lo que les ocurre.

También existen lastres en este cine ejemplar que le impiden alcanzar la condición de obra maestra. Sobran los flash-backs sobre la vida familiar del guardián que se transformó en presa, sobra la manifestación de los familiares de los presos, sobran algunos actores sonrojantes. Lo último es preocupante en una película con personajes que sólo funcionan si te los crees. Y resultan modélicos el sinuoso Morón, el violento Resines, el maquiavélico buscavidas Carlos Bardem o Luis Zahera, un individuo con gorra, gesto amenazante y voz convulsa que parece interpretarse a sí mismo, esos presos que desprenden realismo. Son el complemento ideal para una interpretación prodigiosa. La de Luis Tosar. Desde fuera y desde dentro, acojonando y enterneciendo, revelándote zonas de luz en un fulano tenebroso, clavando el gesto y la palabra. Sólo lamentas que no aparezca en todos los planos. Yo pensaba que era un actor tan eficaz como lineal, intensamente taciturno. Prejuicio borrado. Lo que hace aquí es magnético, sutil, veraz y emocionante. Para enmarcar.





Lo que la teta nos puede dar

Luego de que la película argentina El secreto de sus ojos ganara el premio Oscar, El Comercio de Lima, publica hoy un artículo de Ricardo Bedoya (o comentario):

La teta asustada no obtuvo el Óscar, pero los reconocimientos que recibió en festivales de cine y la candidatura de la Academia de Hollywood son méritos que tienen en su haber Claudia Llosa y sus productores. Pasado el entusiasmo mediático, es necesario evaluar con claridad los logros alcanzados por esta película peruana. La lección es que se puede competir en las ligas mayores mediando un trabajo muy serio y profesional. En primer lugar, marcando distancia de las reglas niveladoras del “cine para consumir al paso” en una multisala cualquiera. El punto de vista personal y exigente de un cineasta hace que una historia de “aquí y de ahora”, singular y muy arraigada en una cultura —la nuestra— pueda ser entendida y apreciada en diversos lugares y subtitulada en muchas lenguas.

En segundo lugar, mirando hacia más allá, hacia mercados de pantallas múltiples que se interesan por “otros cines”. Para llegar a ellos, se requiere de coproducción internacional, pero, sobre todo, del cumplimiento escrupuloso de las leyes nacionales de promoción al cine, teniendo dos objetivos: lograr un nivel regular en la producción de películas, y apoyar las “primeras obras”, los proyectos originales y las cintas producidas en todo el territorio del Perú. Que otras películas peruanas triunfen en el futuro puede ser el logro mayor que permite vislumbrar la repercusión actual de “La teta asustada”.