"Demasiado amor" es la conmovedora historia de una mujer que después de una difícil odisea de amor y soledad, encuentra su verdadera esencia. Laura y Beatriz son dos hermanas mexicanas en busca de un sueño compartido: tener una casa de huéspedes en el extranjero (España)y vivir de las rentas. de ésta. Lo han planeado durante años y, finalmente agobiadas por la crisis y la rutina, un día deciden que una de las dos tendrá que partir, así que lo dejan a la suerte (lo deciden con una moneda).
Y la suerte decide que sea su hermana y no Bea-triz quien viaje primero. Cuando Laura parte a España para arrancar el proyecto, Beatriz se queda sola en México aguardando el momento de alcanzar a su hermana, y comienza a vivir tres vidas diferentes. Mientras alberga la ilusión de irse, Beatriz comenzará a alimentarse de sueños y fantasías. En medio de amores fáciles, que le permiten reunir suficiente dinero para sostener a Laura, Beatriz conocerá a Carlos, un hombre con quien recorrerá la geografía de México, descubriendo las inimaginables bellezas de su país, de su alma y de su propio cuerpo.
También encuentro datos sobre el cineasta mexicano Ernesto Rimoch (México, 1951) que trabajó con obras de nada menos que Julio Cortázar:
Director, guionista y productor. Nació el 18 de agosto de 1951 en la Ciudad de México. Estudió Ingeniería industrial en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM, 1970-1975), y cine en la National Film School de Inglaterra.
A mediados de la década de los setenta Ernesto Rimoch se inscribió a un curso de cine que impartían profesores del Centro de Estudios Cinematográficos (CUEC / UNAM) en La Casa del Lago de la UNAM, durante dicho curso realizó los cortometrajes Muerte súbita (1976) y Boceto (1977). Trabajos que envío a la National Film School de Gran Bretaña y que le permitieron su ingreso a esta escuela, donde permaneció casi cuatro años (1978-1982).
En 1981, con el apoyo del Institute d’Hautes Etudes Cinématographiques (IDHEC) escribió y dirigió el cortometraje Mask, basado en el cuento El perseguidor, de Julio Cortázar. Sobre este trabajó comentó: “(...) Es un filme que a [Julio] Cortázar le encantó, yo le mandé el guión, le hizo observaciones varias veces, luego lo conocí [al escritor] y lo vio cuando estuvo terminado. No sé que habrá pensado finalmente, porque cuando escribes ves las cosas de una manera, pero que otro ponga en imágenes algo que escribiste es difícil, sin embargo quedó satisfecho”. (Importante, no depender del subsidio: Ernesto Rimoch. Por Raquel Peguero. La Jornada, sección cultura, 27 de diciembre de 1994. P. 33).
“Esta adaptación me la motivó mi amor por el cuento y por el jazz que contiene. Desde que lo leí por primera vez, hace ya muchos años, pensé que se trataba de un tema formidable para ser llevado a la pantalla; apenas tuve la oportunidad así lo hice. (...)
“Las dificultades en la adaptación para mí fueron más bien de condensación, Mask es una película de 32 minutos de duración y muchos elementos tuvieron que desaparecer en la versión final. (...)
“La palabra pesa demasiado en la mayoría de las adaptaciones (...). Lo que se lee con soltura no se acepta tan fácilmente cuando se escucha en la boca de tal o cual actor. (...)” (Fallan las adaptaciones cinematográficas que intentan hacer trasposiciones literarias y no esenciales: Rimoch. Por Martha Coda. Unomásuno, sección cultura, 20 de mayo de 1986. P. 22).
Este cortometraje recibió el premio de mejor película internacional en el Festival de Alès, Francia, y fue nominado para el premio Grierson Award, en Inglaterra (1981).
En 1982 viajó a París, Francia, donde trabajó inicialmente como asistente de producción y dirección del chileno Helvio Soto. Posteriormente realizó documentales para la televisión europea: Un hombre como Julio (1983), que trata sobre la obra de Julio Cortázar; México: los tres sismos (1989), historia de la reconstrucción de las vecindades del Centro Histórico de la Ciudad de México destruidas por el terremoto de septiembre de 1985 y La línea (1992), largometraje que a través de 12 historias narra la vida de la frontera entre México y Estados Unidos, que fue nominado al Ariel (1994) en la categoría mejor largometraje documental.
En 1994 regresó a México y fundó la productora Casa Artífice Producciones, con la cual inició el rodaje de su primera película en la industria nacional, El anzuelo, basada en un guión original de él mismo y de Eva Saraga.
Rimoch consideró a “El anzuelo, un proyecto ‘genuino donde hay una serie de pactos, sucesos y personajes que se quedan grabados’. Si bien el argumento puede parecer banal, ‘para mí la historia son los personajes. La riqueza de una película son siempre ellos, sobre todo cuando los centrales y los secundarios hacen un trabajo uniforme”. (Importante, no depender del subsidio: Ernesto Rimoch. Ob. Cit.).
Para Nelson Carro, el principal mérito de Rimoch fue el estupendo reparto que integró, “en el que figuras de talento reconocido se mezclan con otras quizás menores, que en ningún momento desentonan en el conjunto. Al contrario, no hay ningún papel pequeño ni descuidado, todos los personajes tienen su importancia y así están escritos e interpretados. En buena medida, este afortunado resultado se basa en el agudo sentido de observación del director y guionista, capaz de construir una comedia finalmente enraizada en la realidad, por lo menos en un sentido: los personajes y las situaciones retratadas en la película son perfectamente reconocibles como pertenecientes a un grupo social, la clase media”. (El anzuelo. Por Nelson Carro. Tiempo Libre, publicación semanal, 20 al 26 de junio de 1996. P. 2).
Esta cinta fue bien recibida en la XI Muestra de Cine Mexicano de Guadalajara, donde ganó los premios de la Crítica Nacional, Dicine, del Jurado Internacional y el de la Organización Católica Internacional de Cine (OCIC). Además recibió la Diosa de Plata y el Ariel por ser considerada la mejor Ópera Prima en 1996. De este último premio también estuvo nominado en la categoría mejor argumento original.
Después de siete años de su primer largometraje industrial, Ernesto Rimoch dirigió y coescribió junto con Eva Saraga, Demasiado amor (2001), filme basado en la novela homónima de Sara Sefchovich.
Escena de Demasiado amor (Dir. Ernesto Rimoch, 2001) Colección IMCINE |
“Creo —dice, Ernesto— que la película en relación con la novela es totalmente diferente y a la vez nada diferente. Lo es, en el sentido de que quebrantamos algunas situaciones y reconstruimos algunos personajes. Por ponerte un ejemplo: En el libro dice ’conocí un arquitecto tal y tal’ y nosotros [Ernesto y Eva] desarrollamos 20 minutos con ese arquitecto, hicimos de él un personaje muy rico dramáticamente. A veces hay que decirlo, uno tiene que crear un personaje de la nada, pero no por manosear la obra sino para fortalecerla con los atributos del lenguaje cinematográfico. Y cuando digo ‘nada diferente’ es porque estoy convencido que conserva la esencia, las bondades de su discurso, su espíritu”. (La ruta íntima para conocer México. Por Magali León. Unomásuno. Suplemento semanal Sábado, 12 de mayo de 2001. P. 16).
Finalmente, para Eva Saraga y Ernesto Rimoch lo más significativo al escribir este guión fue “la construcción del personaje principal, por sus complejas características y por el crecimiento que alcanza a lo largo del relato. Beatriz [el personaje principal] es como un outsider, un ser marginal que evoluciona hasta configurarse como alguien ejemplar. Después de haber sido una mujer gris, introvertida, que no se quiere así misma, insegura, dependiente a dar todo por los otros, termina siendo una mujer valiente, congruente con sus decisiones que sabe vivir con intensidad y que logra entregarse aun pese a los costos. Todos esos cambios, todos esos matices, tenían que definirse sin nudos o saltos, fluidamente, para que el espectador disfrutara su película”. (Idem)
Cabe señalar, que este filme en la XLIV entrega del Ariel fue nominado en la categoría mejor guión cinematográfico adaptado. Tanto El anzuelo (1994) como Demasiado amor (2001) han sido exhibidas en diferentes festivales internacionales.
Por otra parte, Ernesto Rimoch considera a Manuel Puig como uno de los mejores guionistas y adaptadores cinematográficos porque “nos da tal vez los mejores ejemplos de lo que se puede hacer con nuestra literatura llevada a la pantalla”. (Fallan las adaptaciones cinematográficas que intentan hacer trasposiciones literarias y no esenciales: Rimoch. Ob. Cit.)
Además, el cineasta fue presidente de la Asociación Mexicana de Productores Independientes (AMPI, 2000-2002) y actualmente (2002) es vicepresidente de la Federación Iberoamericana de Productores.
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