miércoles, 13 de mayo de 2009

Déficit




La imagen no le hace honor al nombre de la pela, pero insinúa algo: dos mundos separados por un charco que a veces es fácil de atravesar, sólo se requiere un chapuzón. La barrera no siempre es una piscina. La pileta es sólo una metáfora de las barreras tácitas y graníticas que intentan separar a los ricos de los pobres, o -para recordar una serie televisiva peruana- los de arriba y los de abajo. Las muchachas disfrutan de la vida alegra y al frente, el empleado las contempla. La pitucas y el indio, en un México tan fracturado como el Perú.

Gael García dirige su primera película y trata de salir airoso. Intenta explorar los contrastes sociales, el racismo sin bozal y también el asolapado. Será que la sociedad mexicana se parece tanto a la peruana. Es un versión charra de Dioses (si vale la comparación). Me gustó. Si se hubiera llamado Crisis (la sexual, la social, la económica, etcétera) me hubiera gustado más.

Acá algunas apreciaciones del actor-director: "Existe una gran orfandad en todos los personajes, por eso creo que el título Déficit le viene muy bien, porque todos los personajes viven en pérdida".

Gael reveló que el proceso de elegir el título tuvo que ver con la temática del filme.

“Siento que déficit es de las primeras palabras que aprendemos; déficit, crisis y devaluación son palabras constantes, democracia también. El déficit se convierte en un mantra perenne; siempre vamos a estar en crisis de alguna manera y la pregunta es: ¿qué tan bajo podemos caer para después subir?

El punto principal de la película es ver cómo estos chicos que crecieron juntos llegan a un momento en el que ya no pueden ser amigos y compartir el mismo universo, con todo y que físicamente están ahí. Son víctimas de la sociedad y el orden de las cosas.”

Para Gael, aunque su debut no haya sido con un documental (género que impulsa con la gira de documentales Ambulante), Déficit sí contiene un nivel de crítica, ya que como todo trabajo cinematográfico, tiene su muy particular manera de abordar la realidad.

“Siento que trae a la mesa un tema pocas veces tratado en el cine latinoamericano: que es la clase alta, porque tal vez adoptamos que ese cine, es cine de pobres.

Puede tener una lectura de denuncia a la realidad que vivimos todos los días: hay temores, constante búsqueda de identidad. En México pones una cámara en cualquier lugar y haces una crítica por las incongruencias que estamos viviendo. Es nuestra responsabilidad hacer este tipo de películas” acotó el actor.


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